Adoro
esos versos en los que Antonio Machado reta al caminante a hacer eso, camino al
andar. No hay mejores palabras que nos ofrezcan una definición tan exacta de la
vida. Camino al andar. Poetas y matemáticos
coincidían en algo. Espacio, igual a velocidad por tiempo. Parados no
avanzamos, no giramos, no vivimos.
Extrapolando
este ejemplo a la protagonista de este blog. La psoriasis. Su diagnóstico, el
punto de partida. El camino, personificado en la aceptación. El caminante, cada
uno de nosotros.
El
trayecto de cada paciente es individualizado. Eso me enseño ayer el curso
online sobre psoriasis a través de la plataforma Acción Psoriasis. Sin olvidar
la cronicidad de la propia enfermedad, cada paciente tendrá un tratamiento
personalizado dependiendo del tipo de psoriasis, así como de las propias características del paciente (edad, otras enfermedades,
tratamientos que tome, afectación en la calidad de vida, respuesta a tratamientos
previos, etc.). No obstante, los
tratamientos actuales pueden llegar a conseguir un blanqueamiento
de todas las lesiones (es decir, su completa desaparición).
En ese
mapa de ruta personal, se agradece encontrar a quienes van hacia el mismo
destino. Charlas, compartiendo experiencias, anécdotas y consejos. Incluso
saber que la crema que a mí no me hizo nada a ti te está funcionando a la perfección.
Tener o no tener. He ahí el brote.
Brote o
rebote. El razonamiento argumentado al quid de la cuestión de otra duda
curiosa. Has heredado psoriasis. No has podido heredar un título nobiliario.
Una mansión en Mallorca en una cala frente al mar. Nooo!!!!. Has heredado tener
trozos de piel muerta a lo largo y ancho de tu cuerpo. Y aunque nadie en tu
familia tuviera psoriasis, el entendido de turno te lo decía con una precisión milimétrica.
Pues NO. La enfermedad no es hereditaria. Existe una predisposición
genética para padecerla, y un tercio de los afectados tiene familiares
directos con psoriasis. Pero NO. No lo hemos heredado. Parad de mirar con lupa
las fotos de vuestros antepasados más longevos para tratar de encontrar al
culpable.
No hay reos ni condenados. Se sabe que, además de esta predisposición, son necesarios otros factores desencadenantes (por ejemplo, infecciones en la garganta, heridas cutáneas, quemaduras, algunos medicamentos y factores psicológicos).
No hay reos ni condenados. Se sabe que, además de esta predisposición, son necesarios otros factores desencadenantes (por ejemplo, infecciones en la garganta, heridas cutáneas, quemaduras, algunos medicamentos y factores psicológicos).
Caminante,
son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Много интересно
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